miércoles, 31 de agosto de 2011

Los turcos son mediterraneos

He viajado desde Mersin hasta algo mas alla de Antalya en los ultimos dias. La carretera va siguiendo la costa, y la cadena montanyosa que los turcos llaman Toros tambien se une a la fiesta y sigue la costa. Todo un espectaculo de curvas y vistas, un examen de vertigo cada no se cuantos kilometros, y el extranyo devenir de los habitantes de esta zona.

Como en otras partes del mundo, lo que antes era una region condenada al aislamiento, con tierra escarpada (no apta para la agricultura a gran escala), y con comunicaciones malas; de golpe y porrazo empieza progresivamente a convertirse en un sitio turistico. La suerte de varas le toco a Alanya, que ya luce turistas acangrejados por doquier, hoteles horteras y maitres que te asaltan por la calle. Antalya, como capital de la Turkish Riviera, se libra a medias por ser una ciudad grande, pero lo que me impacto fue Beldibi.

Beldibi es el pueblecito conquistado por los rusos veraneantes. Los hoteles estan construidos de manera que forman un kilometrico muro infranqueable entre la playa y la avenida principal. Es espectacular. Yo me compre un poco de pan recien hecho, un queso y unos higos. Me relamia pensando en el picnic que me esperaba al borde del mar, pero no habia manera. Ni siquiera habia bancos en la avenida principal, ni un parquecito. Finalmente, me fije que los hoteles sacaban la basura por unos callejones estrechisimos. Y aventurandome por uno de ellos descubri el mar. Me senti como Colon cuando vio la tierra. Tampoco duro mucho el picnic, pues el personal del "Beach Palace" y el "Sun Party Hotel", miraban con recelo al solitario vagabundo que comia higos en la playa. Claro, yo estaba en la tierra de nadie de su particular batalla de hamacas y sombrillas por cada milimetro de la playa.

Me largue de Beldibi, y ahi empezo un efecto domino de exquisita hospitalidad turca. Estamos en el Bayram, la fiesta por el fin del Ramadan. Una familia divertidisima me invito a comer y pasar el dia con ellos, luego el capitan de un barco me invito a dormir en cubierta, y hoy me recoge la motito mas humilde de la zona. El tipo me insiste en que vaya a desayunar a su casa. Acepto. Son las 18.00 y llevo tres comidas, dos siestas y unos doce chais. Al final pasare aqui la noche, y sigo hacia el oeste. Parece ser que habra una fiesta Couchsurfing este fin de semana en Rodas.

sábado, 27 de agosto de 2011

Capadocia

Tras muchos kilometros, chais con camioneros, y muchisimo calor; llegue a Capadocia. Como era de esperar el libro mas leido en todas las terrazas, por mayoria aplastante, era la LP; y las agencias y hostales ya hacen ciber-acrobacias en foros y buscadores para ser recomendadas en la edicion 2012. La verdad es que disfrute mucho de encontrarme de pronto con muchos extranjeros como yo, y disfrutar de una cervecita en una terracita como si aquello fuera Torremolinos me sento muy bien. Luego los hostales, donde siempre supero la media de edad con creces, con su abanico de nacionalidades y mochilas, fue refugio por un dia. Hubo que ser insistente con la ducha para convertirme en persona.

Conoci a mucha gente. A tanta que al final decidi hacer parada larga, porque aquello ya era como ser del pueblo y tenia mucha gracia. Ademas me vino bien dejar de moverme por un tiempo. En total sume seis noches en Capadocia. Algunos me hablaban de como ha cambiado aquello en los ultimos 30 anyos, tambien habia un sorpredente numero de europeos que habian decidido comprarse una casa en Capadocia... y otros exiliados, pero esta vez procedentes de los problematicos paises vecinos (Iran, Iraq, Siria...). Toda gente muy variopinta y muy amable.

Ahora Capadocia cuenta con una flota de globos de uso turistico que supera las 100 unidades. Cada manyana se puede ver una autentica nube de globos, cada uno con sus 10 turistas. Luego la mayoria descansa, y hay un sector de turistas que alquila un quad (barato) y llena de estruendo los petreos valles de la antigua Capadocia. Pero siempre quedan los rincones, aquellos a los que solo se llega a pie, con agua, y con paciencia. En sitios asi, se ve la excentrica erosion y la genialidad humana (para cavar esas casas) toda junta. Y mientras empiezas a imaginarte como serian todas esas cuevas habitadas, aparece un grupo de turistas perdido, que se piensa que un servidor es un sherpa, y empieza el baile de mapas e indicaciones. Es laberintico Capadocia.

El ultimo dia decidi dormir en lo alto de una de las montanyas vecinas. Trate como pude de cumplir con todas las cosas que tenia pendientes, arreglarle la bici a uno, despedirme de otros tantos, etc, etc. Al final me encontre a la carrera rumbo a mi zona de acampada, con la suerte de llegar a tiempo para ver la puesta de sol y poner la tienda. Al dia siguiente comence mi camino de retorno, rumbo a Grecia. Lo primero ha sido bajar hasta la costa, a Mersin. Cerca de ahi he pasado la ultima noche, y ahora sigo hacia el oeste. Vuelve el bochorno, pero tambien es verdad que aqui por lo menos hay mar en que banyarse.


viernes, 19 de agosto de 2011

Momentos

Ha pasado tiempo desde Estambul, y han pasado muchas cosas. Así que en lugar de hacer una historieta de todo lo que ha pasado prefiero contar algunos momentos. Sólo rapidamente diré que sigo en autostop, que estoy en Konya, y que he venido rodeando la costa desde Estambul. Mañana iré a Capadocia.

Ayer por la noche estaba en Denizli, llegue tarde con un camionero kurdo con quien zampe dos kilos de higos. Todo pintaba bien. Pero no. Empecé a andar por Denizli y la verdad es que la gente miraba algo raro, incluso un tipo me pidió dinero con cierto mal rollo, no se parecía eso a la sobresaliente hospitalidad turca que había saboreado hasta entonces. Alguna gente si que era maja, pero la ciudad no se acababa nunca, nadie me explicaba que autobus coger para acercarme a la autopista, y empezaba a estar francamente harto. Todo se arreglo. Esta vez el angel salvador vino encarnado en dos autoestopistas búlgaros, recuperamos la buena cara todos y terminamos viajando los tres en el remolque de un camión, a cielo abierto. Muy bonito. Nos quedamos dormidos y el camionero nos despertó con un desayuno y un sitio ideal para acampar.

También tuve la fortuna de visitar Efesos. La vieja ciudad romana esta realmente en un estado sorprendentemente bueno. Me encantó. Pero la magia del lugar venía con el regalo de un desembarco de turistas impresionante, al menos 50 autobuses, un reguero interminable. Venía de estar tres días sin ver turistas y de pronto podía oir conversaciones sobre que barrio es de Móstoles y cual de Alcorcón. Algo de shock tuve. Y mi alegría inicial de ver paisanos, fue desvaneciendose cuando intentaba comunicarme y me topaba con la misma actitud que cuando intentas hacer amigos en el metro. Eso sí, a las dos horas de salir de ahí ya estaba con un turco tomando un té y recibiendo un tour rápido de su pueblo.

Y así muchisimos momentos y anecdotas. Como por ejemplo la pareja de franceses surrealista que me recogió en los Dardanelos, que conspiraban el uno contra el otro y me lo contaban a mí. O un camionero que me decía una cosa que no entendía y tras veinte minutos de esfuerzo descubrí que quería hacerme guarrerias. También conocer a un grupo de procomunistas que me preguntaban por el Ché Guevara como si fuera mi primo. Y un buque gigantesco de carga hundido a 800 metros de la costa y con la parte alta de la cabina a dos metros de profundidad (se llega a pulmón). Y unos paisajes impresionantes, con sus amaneceres y atardeceres, la costa accidentada de Anatolia, las montañas gigantes de roca desnuda. Vamos, que me lo estoy pasando en grande.

lunes, 15 de agosto de 2011

Estambul

La mega cojociudad de Estambul no defrauda. Entrando por el oeste, viniendo de Bulgaria, el camionero nos dejó en las afueras, como no podia ser de otra manera. Ya habiamos recorrido un buen camino de ciudad, y ya alguna cupula lejana con sus minaretes me habia hecho pensar que tal vez estamos cerca del centro. De eso nada. Una vez desciframos la combinación del transporte publico para plantarnos en Taksim (la puerta del Sol de Estambul), empezamos a ver como ibamos haciendo kilometros sin parar, no tiene fin esta ciudad. Cada vez que el Metrobus alcanzaba un punto alto el nuevo horizonte que se abria era otro valle de antenas, cables y hormigon. Y todo el rato pensando: "Madre mia, que estamos en la parte europea solamente, que hay lo mismo igual de grande an la parte de Asia...". Vamos, que Estambul es inmenso.

Los locales hablan de mas 15 millones y tal vez mas de 20. No son las mismas cifras que maneja la wiki o la onu, pero despues de saborear la ciudad me afilio a la tesis local. En fin, el caso es que la ciudad esta dividida en dos partes, la europea y la asiatica. El Bósforo se puede cruzar mediante los dos superpuentes, o mediante muchos barcos (economicos y muy chulos). Luego hay una locura de opciones de transporte publico para moverse.

Seguia viajando con Alex y Bea, mis socios desde la quedada autoestopista, y encontramos quien nos hospedara a los tres en la zona asiatica. Los turcos llevan en la sangre el tema de la hospitalidad, y como ademas la comida turca es una pasada, pues la verdad es que estuvimos muy a gusto en casa de nuestro anfitrion. Recorrimos el centro historico de la antigua Constantinopla. Para los turcos la historia del imperio otomano es la que realmente llena Estambul de historia, y no tanto la romana/bizantina. Pero desde cualquier punto de vista nadie duda de que Hajia Sofia es el epicentro, siempre ejerciendo de eje en esta ciudad que ha tenido algo importante que decir en cada uno de los ultimos veinte siglos de civilización.

La Estambul moderna sin embargo crece desordenada, el transporte publico es mareante y caro, las zonas ricas imitan Sunset Boulevard con cierta caspa (mas aun que Sunset Boulevard) y las pobres lucen coches aparcados en las aceras, hordas de gatos callejeros y hombres vagueando al sol. Todo esta lleno de tiendecitas con un micro mostrador y una trastienda laberintica donde tienen todo lo que se pueda ocurrir... Una megaciudad, con el detalle del canto de invitación a la oración, y el toque turco. Me gusta, pero no he durado mucho. Ya estoy adentrandome en Anatolia.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Kara Dere

Kara Dere es el nombre de la playa bulgara donde he pasado incomunicado los ultimos dias, presenciando la espectacular reunion de autoestopistas. Cruce Rumania en autostop sin problemas y disfrutando muchisimo. Bucharest me parecio una ciudad super viva, los alpes transilvanos te dejan boquiabierto, y los rumanos son muy salados. En bulgaria tuve que acampar al poco de llegar, pero luego todo salio redondo. Llegue a Kara Dere el dia 5 de Agosto.

Aqui se reunian muchos autoestopistas europeos. Gente que lleva mas de 40 anyos viajando, algunos bulgaros que lo usan cada fin de semana para volver a casa, gente que habia venido en autostop de todas las esquinas de europa. Finlandeses, escoceses, portugueses, etc, etc. Nadie habia tenido ni una sola experiencia negativa como para replantearse otros medios de transporte. Unas 150 personas, pero dificil de contar pues fueron cuatro dias de gente que iba y venia. La conclusion es que el autostop funciona, y que es seguro, ademas de divertido.

El Mar Negro nos recibio con marejada. Pudimos jugar con las olas, algo que no se suele poder hacer demasiado bien. Tambien nos chamuscamos de lo lindo pues nos hizo un sol de justicia y la crema solar escaseaba tanto como la sombra. Pero la verdad es que eramos bastantes, habia un ambiente muy entranyable, y pasamos cuatros dias francamente inolvidables. Se oyeron historias de viaje tan impresionantes como caminar de Khartoum a Dar es Salaam en 1981, y otras muy divertidas o muy sorprendentes.

Y todo para luchar por que el autostop no se prohiba. Se pueda seguir conociendo mundo aprovechando el hueco vacio que tiene tanta gente en sus coches. Y no pase como pronto pasara en Alemania, donde parece ser que hay un plan para prohibirlo. Es el obejtivo de esta gente y la causa que une a muchos de ellos. Yo mientros tanto he hecho equipo con un ingles y una alemana y hemos tenido dos dias geniales de autostop hasta Estanbul. Nos ha pasado de todo, todo bien claro. Y ahora mismo estamos en un cibercafe turco.

Por fin. Estanbul. Lo consegui!

lunes, 1 de agosto de 2011

Rumania

Ya estoy en Rumania. Sencillamente hice autostop hasta Debrecen desde Budapest, luego un camionero muy majete me llevo al otro lado de la frontera, y otro tipo me acerco hasta el centro de Oradea. Un coche mas, y autostop hasta 15 km antes de Cluj para dormir bajo las estrellas. Hoy, desayuno en Cluj con internet. Todo va bien.

Lo primero, el camionero. Hablaba italiano. Lo que me faltaba. Hacía tal vez 7 años que no intentaba hablarlo, y despues de haberme currado el hungaro, arrancarme con los "voglio, piace, tropo" fue duro. El caso es que estar de pronto charlando en italiano en un camion, escuchando a un latino indignado con su gobierno corrupto, con la politica financiera de EEUU, etcetera; me hizo aterrizar. Esto es un pais latino.

Luego, en Oradea, no sabía muy bien porque pero de pronto me resulto muy familiar la ciudad. Algo tenía la distribución, los edificios, que me recordaba a España. Por fin lo entendí. Las terrazas. Los edificios de bloques no suelen tener terrazas, pero en España y Rumanía sí que las tienen. También los árboles en la aceras, las cafeterias con mantel de papel y convoy de centro de mesa... Pues eso, que esto es otra cosa.

Otra cosa chocante sucedió cuando me lancé a buscar un buen sitio para el autostop. De pronto, en la rotonda de la que salen todas las carreteras descubro que hay unos quince autoestopistas apiñados. Por un lado me alegro, porque esto puede significar tradición; por otro me fastidia, mucha competencia! Luego descubro que en realidad es gente que va a los pueblos de las afueras y que van a pagar un poco por el viaje... El caso es que decido echar a andar para alejarme un poco más, escribo Cluj sobre un cartón y al poco rato Florin me recoge.

"E gratis?" - digo yo
Florin se encoge de hombros, hace un gesto de que soy un jeta, y me dice que vale.

Florin nació en Barcelona. Pero no tiene ni idea de español. Volvió a Rumanía muy joven, se caso, tiene tres hijos, y no ha vuelto a visitar España. Tiene mucha familia ahí, hasta el punto de que me pasó con un familiar que andaba de vacaciones en Rumanía pero cuyo español era académico. Hay muchos rumanos en España e Italia, y en verano desfilan coches de dichas matrículas por todas partes. Los 3000 kilometros no asustan a estos expats. Piensan que no tienen buena reputación por España, y todos me insisten que en Rumanía todo el mundo es buena gente. Y he de decir que realmente parece que todo el mundo es muy simpatico y amable, pero me da a mi que lo que aqui hay es algo de pobreza.