lunes, 1 de agosto de 2011

Rumania

Ya estoy en Rumania. Sencillamente hice autostop hasta Debrecen desde Budapest, luego un camionero muy majete me llevo al otro lado de la frontera, y otro tipo me acerco hasta el centro de Oradea. Un coche mas, y autostop hasta 15 km antes de Cluj para dormir bajo las estrellas. Hoy, desayuno en Cluj con internet. Todo va bien.

Lo primero, el camionero. Hablaba italiano. Lo que me faltaba. Hacía tal vez 7 años que no intentaba hablarlo, y despues de haberme currado el hungaro, arrancarme con los "voglio, piace, tropo" fue duro. El caso es que estar de pronto charlando en italiano en un camion, escuchando a un latino indignado con su gobierno corrupto, con la politica financiera de EEUU, etcetera; me hizo aterrizar. Esto es un pais latino.

Luego, en Oradea, no sabía muy bien porque pero de pronto me resulto muy familiar la ciudad. Algo tenía la distribución, los edificios, que me recordaba a España. Por fin lo entendí. Las terrazas. Los edificios de bloques no suelen tener terrazas, pero en España y Rumanía sí que las tienen. También los árboles en la aceras, las cafeterias con mantel de papel y convoy de centro de mesa... Pues eso, que esto es otra cosa.

Otra cosa chocante sucedió cuando me lancé a buscar un buen sitio para el autostop. De pronto, en la rotonda de la que salen todas las carreteras descubro que hay unos quince autoestopistas apiñados. Por un lado me alegro, porque esto puede significar tradición; por otro me fastidia, mucha competencia! Luego descubro que en realidad es gente que va a los pueblos de las afueras y que van a pagar un poco por el viaje... El caso es que decido echar a andar para alejarme un poco más, escribo Cluj sobre un cartón y al poco rato Florin me recoge.

"E gratis?" - digo yo
Florin se encoge de hombros, hace un gesto de que soy un jeta, y me dice que vale.

Florin nació en Barcelona. Pero no tiene ni idea de español. Volvió a Rumanía muy joven, se caso, tiene tres hijos, y no ha vuelto a visitar España. Tiene mucha familia ahí, hasta el punto de que me pasó con un familiar que andaba de vacaciones en Rumanía pero cuyo español era académico. Hay muchos rumanos en España e Italia, y en verano desfilan coches de dichas matrículas por todas partes. Los 3000 kilometros no asustan a estos expats. Piensan que no tienen buena reputación por España, y todos me insisten que en Rumanía todo el mundo es buena gente. Y he de decir que realmente parece que todo el mundo es muy simpatico y amable, pero me da a mi que lo que aqui hay es algo de pobreza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario