lunes, 18 de julio de 2011

Mi familia autoestopista

Empezaré por contar que estuvo a punto de irme hasta los balcanes en una oportunidad que surgió, pero que al final no tiro la cosa y sigo en Polonia. Dicho esto, nos vamos a Varsovia. Llegué tarde, con pésima planificación, sin lugar donde quedarme a dormir. Ya empezaba a asumir que iba a tocar hostal y yo refunfuñaba, pero entonces tiré de una opción de Couchsurfing (last minute CS) que no había probado nunca. En dos patadas tenía donde quedarme a dormir.

Y no era el único. Me topé con tres alegres autoestopistas que venían de Mazure (región de los lagos del norte). Pasamos la noche de guitarreo, y decidimos partir los cuatro juntos hacia el sur el próximo día. Hacer autostop siendo 4 no es facil, implica que tiene que parar un coche con mucho espacio, por no hablar de las mochilas. Así que llegamos a pasar tres horas en algún que otro sitio, pero entre 4, haciendo juegos y charlando... pues era una fiesta. Y ya estamos en Cracovia, en dos días eso si, pero por lo menos dos días que además han aportado una muy bonita noche acampados en un bosque de pinos con lago incluido.

Carol, Martin y Ewa viajan siempre en autostop desde hace varios años. Recorren europa arriba y abajo sin parar cada verano y son un efecto colateral del tratado Schengen que da que pensar. La alegría y facilidad para ir sin un duro de Portugal a Rumania en cuatro o cinco días, pues para ir a ver a un amigo... o alguien que monta una fiesta en Suecia y uno se apunta aunque esté sin dinero en Albania... todo, insisto, sin un sólo euro.

Dormir bajo las estrellas, o en couchsurfing, o en casas ocupas. Comer del campo, o a veces darle caña al Dumpster Diving... o tocar la guitarra y conseguir esos 10 euros que aseguran pan para una semana. Y así pasan los meses y los años, y estos hippies, o perroflautas, o como se les quiera llamar recorren europa, la conocen al dedillo y algunos te hablan 6 o 7 idiomas. No es un estilo de vida para todo el mundo, no sólo vivirlo sino respetarlo es dificil para muchos. Pero ver el mundo a traves de esos ojos, aunque sólo sea unos días, es una de las experiencias más bonitas que he tenido.

Ahora toca despedida... y yo me voy a buscar una bici que un amigo me dejó... :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario